Junto a los de bienes presentados en las páginas anteriores, posee la Catedral una serie de elementos que son también muy valorados y que  forman parte de su tesoro y patrimonio artístico.

Órgano barroco

Órgano de la Catedral de Santa María Magdalena Órgano de la Catedral de Santa María Magdalena

Los Libros de Fábrica de la Iglesia ponen de manifiesto la existencia de diferentes órganos que tuvo la antigua iglesia mudéjar.

Los documentos recogen trabajos en los diferentes órganos  que hubo en la iglesia, así: en 1496 a Pedro Deleito por arreglos y asentamiento de los órganos (en plural en referencia a su número de caños o tubos), en 1520 a Alonso de Aneira por asentar y en 1525, nuevos arreglos ya que, por culpa de la obra, estaban muy maltratados.

A mediados del siglo XVI existió uno que se dio como parte del pago para realizar otro nuevo al organero Sebastián de León (Corella Suárez, 2003).

En 1639 el maestro organero Mateo de Avila Salazar construye un nuevo órgano para la iglesia nueva. En el inventario de 1718 se menciona un órgano pequeño que estaba en el coro y en una nota al margen se indica la existencia de uno nuevo grande.

Este órgano fue sustituido hacia 1726 comenzándose a instalar uno nuevo que se terminaría dos años después y que se corresponde con el que nos ha llegado.

Se desconoce el nombre del autor y tracista, sin embargo los estudios de Archivo nos descubren que en el año 1738 es D. Pedro Echevarria quien “apea, reconoce y afina” el órgano. Echevarría fue un importante constructor de órganos barrocos siendo el de la Catedral Nueva de Salamanca uno de los más importantes.

Durante el resto del siglo XVIII se suceden las intervenciones en el órgano, bien para revisarlo como hizo Benito Balero en 1758, o para añadir nuevos elementos como así consta en la intervención que en 1776 hizo Jose Loytegui:

“Más de 5.650 reales que importó la compostura del órgano al que añadieron los registros que necesitaba y pusieron bajoncillo, trompeta magna, clarin, violeta, dulzaina, nueve caños de trompeta real, otros once de la octava, por estar maltratados y demas de que se hace menuda exposicion en el papel de contrata que hizo Joseph Loitegui, maestro organista en la villa de Madrid, su fecha en Getafe y octubre diez de mil setecientos setenta y seis”.

En 1792 José Berdalonga realiza una nueva revisión y añade nuevos caños, siendo Bernardo Berdalonga quien finalizó su construcción.

Así pues, todos estos maestros organeros fueron completando y transformando el órgano, enriqueciéndolo con los avances de cada momento.

En el año 1912, en el Inventario realizado por el cura párroco de la Magdalena, D. Eugenio Nedeo Moya, se dice:

“Coro Alto y Órgano: A los pies de la Iglesia se levanta un hermoso coro, el cual ocupa las cancelas de entrada y el atrio cerrado con magnifica verja, que da acceso a la misma. En la parte que da acceso a la Epístola, se halla situado un órgano que consta de 25 registros y fachada de lengüetería, montado en magnifica caja de madera tallada con figuras en relieve”.

El órgano descrito en 1912 sufrió importantes destrozos durante la Guerra Civil, desapareciendo gran parte de la tubería y sufriendo graves deterioros otros componentes técnicos.

Con las obras de restauración de la Catedral se afronta también la del órgano, llegando a culminarse en el año 2011 siguiendo procesos artesanales y la adaptación acústica del recinto.

La caja del órgano se compone de tres cuerpos:

  • El primero, decorado con ménsulas laterales, donde se sitúa la consola.
  • Sobre el anterior se coloca el segundo cuerpo, que sería el principal, con las tres caras decoradas con estípites y columnas, cinco ventanas en la frontal y una en cada lateral.
  • En el cuerpo superior un frontón curvo con tres ventanas para las tuberías canónigas o tubos sin sonido, que se colocan en la fachada del órgano para ornamentar y mantener la simetría

En palabras del maestro organero Gerhard Grenzing que ha intervenido en la recuperación de esta joya artística:

“Ahora, con la restauración de este órgano, se recupera una de las claves que nos permite hacernos una idea de la enorme riqueza artística, del alto nivel musical que se podía disfrutar en las iglesias de la región. Con este órgano se abre una puerta para acceder a la recuperación y divulgación de un patrimonio musical enormemente rico y que puede complementar el potencial cultural de la región. Ese ha sido el objetivo de la intervención, la recuperación del instrumento como un elemento vivo y que ayuda a ese conocimiento aportando un medio fiel para la recreación musical y artística."

Lo expresado por Grenzing se manifestó entre los meses de octubre y diciembre de 2012 con la celebración de una serie de conciertos dentro del Festival Internacional de Órgano Cassidian.

En el Fondo Documental del Museo se encuentra publicado un interesante trabajo de José María Real Pingarrón sobre los Órganos de la Catedral en el que se amplía y detalla lo aquí reflejado.

También puede encontrarse interesante información en esta página: Órgano de la S. I. Catedral de Getafe

Capilla bautismal

Capilla Bautismal

Situación de la

Capilla Bautismal

Está situada en la base de la Torre Nueva. Fue llamada capilla del Santísimo Cristo, después de Jesus Nazareno y actualmente Capilla Bautismal.

A la entrada de la capilla, a ambos lados de la misma, se encuentran dos hornacinas que albergan las imágenes del Sagrado Corazón a la izquierda y a la derecha otra de la Inmaculada Concepción. Está cubierta con una bóveda vaída decorada con formas geométricas en yeso.

Los trabajos de restauración de 2005 dejaron al descubierto los frescos que ocultaban sus paredes y techos.

Sacristía

Cajonera de la Sacristía

Cajonera de la

Sacristía

En la Sacristía se encuentra una cajonera de madera del siglo XVII.

Sobre la cajonera encontramos varias pinturas que se atribuyen a Claudio Coello y dos esculturas que representan a San Antonio Abad y a la Inmaculada Concepción, esta talla estuvo anteriormente en el actual Retablo de Santa María Magdalena.

En la pared hay dos cuadros, uno representando la escena del Santo Entierro y otro la del Descendimiento de la Cruz, ambos atribuidos a Antonio de Pereda. El Descendimiento es una réplica de uno igual, en Marsella, pintado por Antonio de Pereda.