Estado de la iglesia (1618-1622)

Informe de Juan Gómez de Mora sobre el estado de Santa María Magdalena

Informe de J. Gómez de Mora

sobre el estado de la iglesia

Condiciones de Juan Gómez de Mora sobre cómo debe construirse Santa María Magdalena

Condiciones de Juan Gómez de Mora

para la reedificación de la iglesia

La nueva iglesia no debía reunir las suficientes garantías de solidez, por lo que el 3 de abril de 1618 se solicita que el maestro mayor de las obras reales informe sobre el estado en el que se encuentra.

Atendiendo a esta petición, se dicta Provisión Real por su Majestad Felipe IV y se ordena a Juan Gómez de Mora, su Maestro Mayor y trazador, que acuda a visitar la iglesia de Santa María Magdalena y proponga las obras necesarias.

El 16 de abril de 1618 Juan Gómez de Mora informa que a la vista del lamentable estado de la fábrica no aconseja su reparación; propone demoler a mano el cuerpo de la iglesia, con el fin de aprovechar los materiales y no provocar una mayor ruina, dejando en pie la torre, la capilla mayor y el crucero.

El 15 de abril de 1622 presenta el documento con las Condiciones sobre cómo debería construirse el cuerpo de la iglesia, la portada y las torres. Atendiendo a las trazas, plantas y maneras confeccionadas por el Maestro Mayor de Obras, se pueden establecer varios de sus objetivos: (Rosa María Ureña y José Luis Sánchez, 1999)

  1. Crear unas buenas bases de sustentación.
    Hacía hincapié sobre cómo deshacer el cuerpo de la iglesia y daba las pautas para la nueva cimentación: profundidad de los cimientos, utilizar piedra de Almodóvar (Cerro de Almodóvar en Vicálvaro), indicaba dónde recoger el agua, proporciones de cal y arena y de dónde se debería obtener ésta (Humilladero de la Vera Cruz).
  2. Completar la nave.
    Señalaba que debería utilizarse la piedra de Pinto para el basamento y las columnas con el fin de guardar la homogeneidad con la capilla mayor que iba a permanecer intacta. También pautaba el tipo de ladrillo a utilizar y cómo debería colocarse.
  3. Realizar las cubiertas
    Da instrucciones sobre cómo construir el armazón de las bóvedas y el tipo de madera a utilizar. De nuevo recalca que para las yeserías y bóvedas debe respetarse la forma y manera de la capilla mayor.
  4. Terminar las torres
    Se pretendía levantar una nueva torre de la misma hechura que la torre “Vieja” y se indicaba cómo deberían estar rematadas.
  5. Realizar portadas y pórticos
    Proyectó realizar dos portadas laterales y una a los pies de la iglesia, todas ellas en piedra berroqueña y con un pórtico delante de ellas. Indica que las tres puertas de entrada deberían realizarse con madera de Cuenca y cómo han de ser los clavos y la cantidad a emplear

Subasta de las obras (1623-1624)

Adjudicación de la obra de Santa María Magdalena a Bartolomé de Barreda

Adjudicación de las obras

a Bartolomé de Barreda

En un documento de 18 de mayo de 1623 (Lasso de la Vega, 1948) se recoge que hubo una subasta para realizar las obras de reedificación de la iglesia y que fue adjudicada a Antonio de Acosta en 27.000 ducados quien había rebajado en 2.000 ducados la oferta que inicialmente hizo el maestro cantero Francisco del Valle.

Una vez adjudicada la obra (remate) el maestro de cantería tenía un plazo para otorgar la escritura de obligación y presentar la fianza, Antonio de Acosta no cumplió y por esta razón estuvo preso y sólo fue puesto en libertad para que cumpliese con la obligación de realizar la obra. Durante los meses de agosto y septiembre siguientes se formalizaron escrituras de obligación y presentó como avalistas y fiadores a otros compañeros de profesión quienes llegaron a hipotecar sus bienes.

Sin embargo llegamos al 13 de enero de 1624, se celebra otra subasta donde definitivamente la obra queda rematada en Bartolomé de Barreda en el precio de 25.500 ducados y un plazo de ejecución de 9 años; los vecinos de Getafe deberían traer 6.000 carros cargados con piedra desde las canteras de Pinto sin cobrar ningún tipo de porte. A esta subasta también se presentó Francisco del Río Ballesteros, los dos eran maestros trasmeranos de la Junta de Voto y habían realizado obras en el área de Valladolid.

Bartolomé cedió la mitad de la obra a Francisco del Rio, ambos presentaron fianzas y comenzaron los trabajos.

Las obras de reedificación (1624-1632)

Visita de comprobación de las obras de reedificación de Santa María Magdalena

Visita de comprobación

de las obras

Primera piedra de sillar en la iglesia de Santa María Magdalena

Colocación del primer sillar

La experiencia vivida en el municipio durante la construcción de la nueva iglesia, les llevó a extremar las precauciones en las obras de su reedificación. Al poco tiempo de iniciarse, el 1 de mayo de 1624, se produce la primera visita para comprobar cómo se estaban llevando a cabo los trabajos de zanjeo y si se estaban siguiendo las Condiciones de Juan Gómez de Mora.

El día 3 de mayo de 1624 se iniciaba oficialmente la obra de reedificación de la iglesia, colocando 14 reales debajo de lo que podría ser la primera piedra que se puso en la esquina de la torre nueva.

La primera piedra de sillar fue colocada por Pedro Quintana, yerno de Bartolomé de Barreda, el 20 de junio de 1624.

Las obras proseguían con lentitud, debido a los problemas económicos por los que pasaba la iglesia, al no recaudarse con la debida diligencia la quinta parte de los diezmos con los que se financiaban sus obras. Faltaban aún por recaudar 12.000 ducados, de los 25.500 en que fue adjudicada la obra.

Bartolomé de Barreda fue requerido en varias ocasiones para que agilizase el ritmo de la construcción, ante la necesidad que existía de tener la iglesia terminada. Así, en mayo de 1631, había comenzado a tejar la iglesia, y en octubre fue requerido nuevamente para que terminase.

Ante las dificultades en la recaudación de la parte de los diezmos destinada a la financiación de las obras, Pedro Quintana recurre al Consejo Real solicitando que se le entreguen 100 fanegas de trigo para el sustento de los oficiales, y cincuenta de cebada para las cabalgaduras, petición que fue atendida. (Martín y José María Sánchez González, 1998).

Conforme avanzaban las obras, éstas fueron supervisadas por el propio Gómez de Mora y por el carmelita de origen cántabro Fray Alberto de la Madre de Dios, tracista oficial de su Orden y que, entre otras muchas obras, fue el arquitecto del Real Monasterio de la Encarnación de Madrid.

Derrumbe y reconstrucción del cuerpo de la iglesia (1632-1638)

Inscripción del fallecimiento de María Benavente

Inscripción con el fallecimiento

de María Benavente

Contrato con Pedro de Valles para hacer la armadura de madera de la iglesia de Santa María Magdalena

Contrato con Pedro de Valles

El 5 de diciembre de 1632 el cuerpo de la iglesia se derrumba parcialmente y a punto estuvo de afectar a la capilla. Murieron en ese momento ocho personas, entre ellas María Benavente, este hecho está recogido en el Libro 5 de Difuntos. Pasados unos días falleció otra mujer a causa de las heridas.

Bartolomé de Barreda entró en prisión y se le abrió pleito junto a sus fiadores. Para determinar las causas del derrumbe se solicitó un informe a Gaspar Martín, maestro de obras y vecino de Getafe. En un documento de 30 de abril de 1633 indicaba que provocó la ruina de la iglesia el no haber seguido las Condiciones de Juan Gómez de Mora y la mala fábrica de los cuatro pilares centrales; éstos deberían ser de piedra maciza y sin embargo se hicieron con piedras menudas, sin trabar y con mala fragua. La reparación de la Capilla Mayor costaría unos 4.000 ducados y en general los daños causados a la iglesia se tasaron en más 24.000 ducados (Rosa María Ureña y José Luis Sánchez, 1999).

El 15 de febrero de 1634 Bartolomé de Barreda y Francisco del Río fueron condenados por el Consejo Real a terminar la obra a su costa y en un plazo no superior a dos años.

En 1635 Pedro de Valles, maestro carpintero cántabro originario de Valles de Liendo se encarga de construir la armadura de madera para el tejado. Los 4.500 reales de vellón fueron pagados por Barreda.

En 1637 se pagaron las obras de las bóvedas a Eugenio Ruiz y a Francisco Moreno.

En el año 1638 la obras avanzaron a buen ritmo, así el Gobernador de la Archidiócesis de Toledo Diego de Castejón y Fonseca, en un informe relata que las bóvedas se estaban rehaciendo con la ayuda de los parroquianos con la traída y labor del yeso por sus gremios y a nuestra costa, por la gran necesidad que tiene de que la obra se acabe porque hace 6 años que están oyendo misa desde la calle. (Rosa María Ureña y José Luis Sánchez, 1999).

Planta de las bóvedas y cubierta de la catedral de Santa María Magdalena

Planta de las bóvedas

y cubierta

Interior de la cubierta de la catedral de Santa María Magdalena

Interior de la cubierta

La cubierta de la iglesia

Así pues, en el periodo que estamos tratando, los trabajos culminaron con la realización de la cubierta del cuerpo principal de la iglesia; se mantuvieron, por lo tanto, la de capilla mayor y la del crucero, como así lo reflejaba en 1618 Gómez de Mora en su informe sobre el estado de la iglesia.

De esta manera nos encontramos que las tres naves que se van a levantar se cubrirán con un tejado a dos aguas abuhardillado, con tres buhardas en cada faldón, según indicaba en su Condición 11 el Maestro Mayor.

Siguiendo la publicación de Pilar Corella (Pilar Corella, 1979), la planta de la iglesia es gótica, de salón, sin embargo el abovedamiento renacentista de la cubierta la hace original y marca la diferencia con respecto a otras iglesias de la zona.

La solución de cubrir cada tramo de las naves laterales con bóvedas de medio cañón en las que se sitúan las ventanas para la iluminación parece que debió ser introducido por Juan Gómez de Mora, puesto que nunca lo usó Covarrubias.

Sin embargo la nave central se cubrió con tres bóvedas vaídas, no siendo por lo tanto una bóveda continuada. Para Pilar Corella tanta cupulilla y cierto sentido en la articulación del espacio la recuerdan el aire mudéjar de Toledo. Siendo por lo tanto atribuible su diseño a Covarrubias, ya que estaba afincado en esta ciudad y en ella tenía ejemplos de arte mudéjar muy a mano.

La estructura de madera de la cubierta de la Catedral es única entre todas las iglesias y catedrales de la Comunidad de Madrid, su peso y masa se encuentran hábilmente repartidos entre los muros laterales y las columnas que la soportan (José María Real, 2022).

Según palabras del arquitecto director del proyecto de restauración llevado a cabo entre 2000 y 2007, José Ramón Duralde Rodríguez : "Si esta catedral tiene algún elemento único de indudable valor, es su cubierta. No hay ninguna otra en la Comunidad de Madrid, que se le asemeje siquiera". (José María Real, 2020).

Trabajos finales e inauguración (1639)

Trazas del pórtico y coro de Santa María Magdalena realizadas por Juan Gómez de Mora

Trazas del pórtico y coro

de Juan Gómez de Mora

Inauguración de la iglesia de Santa María Magdalena

Inauguración de la iglesia

Las obras de reedificación fueron terminadas en 1639. En este año Juan Gómez de Mora firma un documento en el que aparecen las trazas de las Torres y la Portada que iría entre ellas, y en el que destaca el Coro, de aguadas rojas (lo demás va de aguadas marrones), con la notación "Coro (en) la nabe principal".

Además en un costado aparece un apunte del muro de paso a las naves laterales. Se trata de una estructura de arco central rebajado. En un costado lleva la leyenda "Planta de cómo parecese haga el coro en la yglesia de Jetafe a de ser consuparecer quesedio sobreesto en 7 de henero deste años de 1639. Joan Gómez demora". (Rosa María Ureña y José Luis Sánchez, 1999)

El 20 de mayo de 1639 el mayordomo de la iglesia pide autorización al Obispo Gobernador del Arzobispado de Toledo para realizar gastos con motivo de festejar la finalización de las obras. La fiesta consistió en trasladar la imagen del Santísimo, desde la iglesia de San Eugenio hasta la iglesia de la Magdalena, el miércoles anterior al Corpus Christi. (Martín y José María Sánchez González, 1998).

Habían transcurrido 90 años desde que Juan Francés comenzara la construcción en 1549 y aún quedaban por terminar las torres y realizar el chapitel, el coro, la portada y otras obras menores.

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