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Yacimiento de La Torrecilla III

Datos del yacimiento

Nombre del yacimiento: Arenero de la Torrecilla III

Localización: 

Margen derecha camino de Perales a La Aldehuela
40°18'29.1"N 3°37'21.2"W; Visualizar en Google Maps

Naturaleza: Yacimiento arqueológico
Adscripción cronológica:

Yacimiento arqueológico: 1000 - 800 a.C. (Edad del Bronce)

Fecha de los trabajos: 1978

Yacimiento arqueológico

Entorno a la Torrecilla de Iván Crispín (La Torrecilla) hubo una intensiva extracción de áridos, ésta dio lugar a la recuperación de una gran cantidad de restos arqueológicos que abarcan desde el Paleolítico hasta la época medieval.

Las publicaciones consultadas permiten identificar tres áreas de hallazgos a las que hemos denominado La Torrecilla I, II y III; sin embargo cuando consultamos la bibliografía o vemos las piezas expuestas en los museos, éstas siempre referencian a «La Torrecilla» como origen común a todas ellas. Todos los materiales encontrados en estas tres zonas presentan grandes similitudes, y dado que aparecieron a poca distancia unos de otros es lógico asignarles ese nombre como lugar de los yacimientos.

Aunque nos ha supuesto mayor esfuerzo, hemos querido conveniente tratar de identificar el lugar exacto de recuperación de cada una de las piezas y publicar una página diferente para cada una de las intervenciones que se realizaron durante las distintas campañas de excavaciones.

En los mapas se puede observar el lugar exacto del yacimiento de La Torrecilla III y de los otros dos que en su conjunto definen el área de «La Torrecilla».

El yacimiento fue descubierto casualmente en el año 1978, al quedar al descubierto material cerámico como consecuencia de la acción de las lluvias sobre cortes en el terreno efectuados por las máquinas en una anterior explotación de áridos.

Edad del Bronce

Los trabajos arqueológicos, realizados con urgencia, sacaron a la luz cuatro fondos de cabaña; aunque muy posiblemente se tratara de un poblado mucho más extenso, sin embargo no fue posible determinar las dimensiones de este asentamiento, ni localizar ningún tipo de estructura que hubiese permitido reconstruir el hábitat que se dio en este entorno, fundamentalmente porque, en su momento, no se pusieron en marcha los mecanismos que hubiesen hecho posible el control arqueológico de la zona.

De los cuatro fondos, el catalogado como Fondo 1 es el que suministró mayor número de piezas. Se pudo recuperar un gran cuenco y siete vasijas, de las cuales seis aparecieron boca abajo, apuntando quizá hacia un sentido ritual; cuatro de ellas presentan forma globular y las otras tres ovoide, encontramos también pequeños mamelones en cuatro de ellas.

La mayoría de las piezas recuperadas no presentan decoración, sin embargo se recuperaron una serie de fragmentos cerámicos tanto de borde como de pared, en los que aparecen diversos tipos de decoración:

  • Dos líneas en zig-zag, paralelas y fuertemente incisas, inmediatamente debajo del labio de la vasija.
  • Una línea en zig-zag en la cara interna, en la cara externa una franja formada por dos líneas paralelas con su interior relleno de pequeños puntos dispuestos irregularmente.
  • Dos líneas paralelas de dígitos de los que solamente se conservan cuatro.
  • Dos líneas paralelas acanaladas.
  • Reticulado fuertemente inciso.

Los estudios realizados sobre estas piezas cerámicas han permitido llegar a establecer una cronología aproximada para este yacimiento. Así, la dirección saliente de los bordes de las vasijas y el predominio de superficies no toscas y alisadas acercan este tipo de objetos a los que se fabricaban al final de la Edad del Bronce y primeras etapas de la Edad del Hierro.

No es una cerámica típicamente campaniforme, la presencia de una banda punteada limitada por líneas incisas y con un zig-zag interior o la decoración reticulada fuertemente incisa, nos pone en contacto con el mundo del Bronce Final y en relación con las primeras llegadas de cerámicas europeas, esto se ha podido constatar en otros yacimientos de la meseta donde encontramos ciertos paralelismos con las piezas encontradas en La Torrecilla, a modo de ejemplo se podrían citar El Berrueco (Salamanca) y Sanchorreja (Ávila), más cercanos tenemos los areneros de Los Vascos, Central de Valdivia, Nicasio Poyato y el yacimiento de la fábrica Euskalduna de Villaverde (Madrid), todos ellos en la cuenca del Manzanares.

Sin embargo el mayor número de piezas encontradas en La Torrecilla se corresponde con recipientes lisos, sin decoración, y aquí apenas encontramos paralelismos en los yacimientos cercanos.

La cronología de la Torrecilla «debe situarse en un momento avanzado del Bronce Final cuando ya nuevas tradiciones cerámicas, traídas por gentes de más allá de los Pirineos, han entrado en contacto con las tradiciones culturales de las poblaciones indígenas de la Meseta y que podemos situar en torno al siglo IX o siglo X a. de J. C.» (Cerdeño et alii, 1980).

Galería de imágenes

Las piezas que se muestran a continuación son obra derivada de la lámina I de "El yacimiento de la Edad del Bronce de «La Torrecilla»" (Cerdeño et alii, 1980).

    Bibliografía y fuentes consultadas

    • Almagro Basch, Martín (1960). Hallazgos arqueológicos de Villaverde. Memorias de los Museos Arqueológicos. Tom. XVI-XVIII 1955-57, 1960, págs. 5-29. 
    • Cerdeño Serrano, María Luisa (1979). Un yacimiento con fondos de cabaña en la provincia de Madrid. Primeras Jornadas de Estudio sobre la Provincia de Madrid, Diputación Provincial. Madrid, diciembre de 1979. 
    • Cerdeño Serrano, María Luisa; Méndez Madiaraga, Antonio; de Cristóbal, Rafael; Moreno, Francisco y Ferreiro Alemparte, Jaime (1980). El yacimiento de la Edad del Bronce de «La Torrecilla» (Getafe, Madrid). Noticiario arqueológico hispánico, ISSN 0211-1748, Nº. 9, 1980, págs. 215-244.
    • Méndez Madariaga, Antonio (1982). Algunos yacimientos con materiales del Bronce Final en la Provincia de Madrid. Estudios de Prehistoria y Arqueología Madrileñas, 1982, págs. 35 - 40.