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Yacimiento de PRERESA

Datos del yacimiento

Nombre del yacimiento: PRERESA
Localización: 40°18'20.0"N, 3°35'09.7"W; Visualizar en Google Maps
Naturaleza:
Yacimiento arqueológico y paleontológico
Adscripción cronológica:
90 000-85 000 a.C. (Paleolítico Medio)
Fecha de los trabajos: 2006 y 2005

Descripción

La actividad de extracción de áridos en la margen derecha del río Manzanares, cerca de la confluencia con el arroyo Culebro, llevada a cabo por la empresa PRERESA en el año 2003 puso al descubierto los restos de un proboscidio (mamut o elefante); a partir de este momento y hasta el año 2005, fue ampliándose progresivamente el área excavada lo que propició que fueran apareciendo nuevos restos óseos asociados a animales de diverso tamaño, así como piezas líticas de cuarcita y sílex. El estudio de las rocas sedimentarias, limos y arcillas, que acompañaban a los restos óseos dató el yacimiento en el primer tercio del Pleistoceno Superior, entre 90 000-85 000 a.C.

En este yacimiento arqueológico y paleontológico se llegaron a excavar 255 m2, proporcionando una información tan valiosa que venía a reafirmar la importancia del valle del Manzanares como una de las áreas con mayor concentración de hallazgos paleolíticos de Europa. Junto a 754 piezas líticas se documentaron macromamíferos, micromamíferos, moluscos, anfibios, reptiles y aves.

Mamíferos de gran tamaño

Además de los restos óseos del gran proboscidio, inicialmente descubiertos, se hallaron otros como los de un bovino (uro Bos primigenius) y de ciervo mediterráneo (Haploidoceros mediterraneus); en mayor o menor cantidad también de caballo salvaje, león, tejón y corzo entre otros.

Es significativa la presencia de Haploidoceros mediterraneus, ciervo de astas muy simples del que se encontraron restos de dos individuos, uno de ellos presenta el único esqueleto conservado prácticamente en su totalidad. El estudio de los fósiles nos indica que estarían emparentados con los gamos y con alguna especie de ciervo asiático de la actualidad como el chital.

Comparándolo con otros cérvidos actuales, su tamaño sería inferior al del ciervo rojo y superior al gamo. Lo más llamativo de esta especie son sus grandes y pesados cuernos que presentan únicamente dos puntas en cada una de sus astas. En ellas encontramos una rama posterior que se orienta hacia atrás, con un perfil en forma de hoz, y otra rama frontal que es bastante larga y de sección cilíndrica.

Esta especie extinta de ciervo parece ser que tuvo su origen en Asia, dispersándose hacia Europa hace unos 300 mil años. En Europa únicamente se ha registrado su presencia en cuatro yacimientos: la Cova del Rinoceront (Castelldefels, Barcelona), Igue des Rameaux y Lunèl Vièl (Occitania, Francia) y PRERESA (Getafe, Madrid).

También encontramos en PRERESA el único diente de león que existe en Madrid.

Los restos de algunos animales, y especialmente los del proboscidio, presentan marcas de corte y percusión lo que evidencia que grupos de neandertales visitaron recurrentemente el lugar para obtener carne. Se han observado también fracturas de  huesos largos y del cráneo, lo que indica que también aprovecharon la parte interior de los huesos (tuétano), la grasa y los contenidos alimenticios del cráneo.

En el valle del Manzanares se ha registrado un número significativo de yacimientos con restos de elefantes. Los restos de proboscídeos asociados a útiles del Paleolítico medio, en varios casos con marcas de corte y percusión y con fracturas, muestran que estos animales fueron objeto de caza o carroñeo proporcionando una gran cantidad de carne y grasa a los grupos humanos del pasado.

Sin embargo, hay que destacar que en torno a 300 000 años antes (400 000 a.C.), en Arganda del Rey (yacimiento de Áridos 1 y 2), ya se había producido una hecho similar; en la confluencia entre el Jarama y el Manzanares fueron hallados los restos de dos elefantes que habían sido carroñados por el Homo Heidelbergensis, del cual desciende el Homo Neanderthalensis. Los instrumentos de piedra encontrados se corresponden con la técnica Achelense, industria lítica originada en Paleolítico Inferior.

Micromamíferos

Son escasos los yacimientos con micromamíferos, el de PRERESA contribuye en gran medida al conocimiento de la fauna del Pleistoceno Superior en la Meseta y la Península Ibérica en general.

Entre los mamíferos de pequeño tamaño se han encontrado: erizo, musaraña gris, murciélago grande de herradura, diversos tipos de roedores (lirón careto, apodemus, cricetulus, rata de agua, topillo de Cabrera, topillo mediterráneo) y conejo común. En la actualidad todos estos pequeños mamíferos los seguimos encontrando entorno a la zona del yacimiento, salvo el Cricetulus que se extinguió de la Península Ibérica al final del Pleistoceno Superior. Los restos de estos animales nos han llegado hasta la actualidad por medio de la concentración de huesos que podrían corresponderse con restos de egagrópilas (bolas formadas por restos de alimentos que algunas aves rapaces no digieren y regurgitan).

Piezas líticas

Han sido 754 las piezas encontradas, 6 de cuarzo y el resto de sílex. Se trata de restos de talla y lascas sin retocar por lo que no pueden asociarse a un método de lascado concreto, tan sólo podemos enmarcarla dentro de la cultura o técnica Musteriense.

Posiblemente los nódulos de sílex que sirvieron de materia prima para la elaboración de los utensilios líticos fueron obtenidos en los cercanos cerros de la Marañosa y trasladados  por el grupo de neandertales al lugar donde se encontraban los cuerpos de los animales. Junto a los restos comenzaría el proceso de elaboración de los utensilios necesarios para obtener los pedazos de carne.

Empezando por trabajar el núcleo de sílex obtendrían las lascas que luego serían configuradas como utensilios de corte; en este proceso se produjeron un buen número de esquirlas que han aparecido en el yacimiento y que ponen de manifiesto que una buena parte de los útiles fueron elaborados in situ conforme se iban necesitando.

A destacar que la proporción de útiles retocados es escasa y que no se han encontrado bifaces.

Hábitat

El yacimiento está situado en la vega del río Manzanares, en una llanura que el río inundaba de manera recurrente como así lo atestiguan los niveles de fango encontrados.

Muy posiblemente fuese lugar de paso de animales, lo que aprovecharían los grupos de neandertales para cazarles o alimentarse de sus cadáveres.

En un ambiente de clima templado y con cierta humedad, nos encontraríamos, en el Pleistoceno Superior, con un entorno de bosques caducifolios asociados a vegetación de ribera y bosques mediterráneos abiertos con extensas áreas de pastizales.

No se han encontrado zonas de hábitat del neandertal, pero muy posiblemente éste tuvo lugar tanto en espacios de ribera como en las zonas de páramo entre los ríos Manzanares y Jarama. Los cursos fluviales vendrían actuando como áreas predominantes de ocupación humana al ser zonas de mayor potencial en recursos, ya sea materias primas, recursos faunísticos o vegetales.

Es muy importante resaltar que el yacimiento de PRERESA se produjo dentro de un proyecto de investigación en el que intervino un equipo multidisciplinar formado por arqueólogos, geólogos, paleontólogos y paleobotánicos. Gracias a su trabajo los paleoartistas han podido recrear la vida antigua por medio de sus ilustraciones ayudándonos a comprender cómo era la vida prehistórica de acuerdo a las evidencias científicas halladas.

Bibliografía y fuentes consultadas