Intento de derribo de la estatua del Sagrado Corazón

El 23 de julio de 1936, cinco jóvenes pertenecientes a Acción Católica fueron asesinados por defender y guardar el Monumento en honor del Sagrado Corazón en el Cerro de los Ángeles ante posibles atentados.

El día 6 de agosto de 1936, los milicianos que habían ocupado el Cerro de los Ángeles, colocaron un potente cable de acero, que pusieron alrededor del cuello de la estatua del Sagrado Corazón, enganchándolo a un tractor. Tiraron en varias ocasiones y cuando creyeron que a la tercera iría la vencida, el cable se partió peligrosamente, cayendo al suelo. El Monumento con serios daños siguió en pie.

Voladura del monumento del Cerro de los Ángeles. Restos de cabezas de estatuas. Voladura del monumento del Cerro de los Ángeles. Restos.

El 7 de Agosto de 1936 llegan varios camiones al amanecer, descargan una buena cantidad de explosivos y minan, haciendo varios huecos bajo el Monumento. Después de una gran explosión, el Monumento salta por los aires. En Getafe temblaron los cristales de las casas.

En el pueblo se cuenta que dinamiteros asturianos, que van camino de Toledo para volar el Alcázar, pasan por el Cerro ayudando a los milicianos en la colocación de los explosivos.

El Monumento siempre estuvo, debido a cómo y por qué fue levantado, en la mente de los liberales y extremistas del País desde 1919.

A partir de ese momento pasó a denominarse el Cerro Rojo.

Construcción de trincheras en el Cerro de los Ángeles

Dada su posición extratégica y ante el avance de las tropas sublevadas, en septiembre de 1936 el gobierno de la República ordena realizar obras de fortificación en el Cerro de los Ángeles.

Las obras fueron encargadas al general de división e ingeniero militar Carlos Masquelet Lacaci quien diseñó y llevó a cabo un sistema defensivo de Madrid basado en una serie de fortines, distribuidos en cuatro anillos que rodeaban la capital. Los trabajos realizados en el Cerro de los Ángeles formarían parte del segundo sistema de fortificaciones para la defensa de Madrid.

Tratando de adaptarse a la topografía del terreno, se construyeron numerosas trincheras y una serie de fortificaciones tipo bunker.

En ese momento era ministro de Obras Públicas de la República Julio Just Gimeno (4 septiembre 1936 - 17 mayo 1937) que inspeccionó personalmente las obras las cuales fueron llevadas a cabo en su mayor parte por personal civil voluntario.

Fue defendido por las tropas republicanas, sin embargo el 6 de noviembre de 1936 el Teniente Coronel Monasterio toma el Cerro de los Ángeles, dos días después de la caída de Getafe a manos del general Varela.

El 12 de noviembre se inicia la recuperación del Cerro de los Ángeles, al día siguiente la XII Brigada Internacional, con base en Albacete y Brigadas Mixtas españolas 2ª y 5ª lanzan un ataque suicida a plena luz del día. La desorganización, la lluvia y el barro hacen que fracase el asalto y que los T26 rusos acaben atascados en el barro, mueren más de 270 milicianos. Los asaltantes se retiran el día 14.

Soldados capturados en el Cerro de los Ángeles

La noche del 18 al 19 de enero de 1937, la República lo intenta de nuevo. Esta vez lo hacen de noche, tras la derrota de noviembre del 36. Intervienen la 1ª Brigada Mixta de Líster y la 4ª División de Modesto Guilloto. Entre otras está el  batallón Thaelman que ya intervino en el intento de noviembre y el Etkar Andree.

Toman prisionero al Comandante D. Ricardo Belda y a unos 400 soldados reclutados obligados por los rebeldes y sin casi preparación militar.

Tras su captura fueron conducidos a Madrid, juzgados y puestos en libertad. Arengados por Dolores Ibarruri, volverían al frente luchando por la República.

Requetés y legionarios en el Cerro de los Ángeles Trincheras de defensa del Cerro de los Ángeles junto al monumento del Sagrado Corazón

En los tres días siguientes los mandos militares republicanos (Miajas y Rojo) no se ponen de acuerdo en cómo consolidar la posición, el enemigo reacciona y con varias unidades de legionarios y Mehal-la de Larache, más los carlistas del Tte. Coronel Rada toman el Cerro de nuevo. La República se deja otros 250 hombres.

Una vez tomado el Cerro por legionarios y regulares marroquíes, tomaron posiciones en las trincheras abandonadas por los milicianos republicanos.

Tropas marroquíes, legionarios, requetés, “os viriatos” portugueses, carlistas e italianos del “Corpo di Truppe Volontarie”, fueron las tropas que pasaron por el Cerro en aquellos días. Todos ellos pusieron sus banderas en el Monumento y se celebraron homenajes y misas de desagravio.

El Cerro Rojo ya no volvería a manos de la República y desde esta posición elevada se bombardearía la zona sur de Madrid.