Desde comienzos del siglo XX se conoce la riqueza arqueológica del Bajo Manzanares. El crecimiento urbanístico de Madrid, llevó a que la extracción de áridos en este área, fuese constante. Por este motivo aparecieron multitud de yacimientos prehistóricos y arqueológicos en la misma.

En Madrid fue Hugo Obermaier (1922) quien inicia los estudios de diversos yacimientos, pero pocos años después sería el Profesor D. Jose Pérez Barradas (1926) quien realizaría los primeros estudios en detalle.

Ante el avance de estas extracciones en la zona Baja del Manzanares la U.C.M. y la U.A.M. reaccionan y empiezan a actuar ante posibles yacimientos. Por entonces ya se había visto un tractor, por la zona limítrofe de La Torrecilla, que como contrapeso portaba un bloque de piedra (un fuste de piedra caliza) con inscripciones romanas.

Con un equipo dirigido por las Dras. Alonso Sanchez, Lucas Pellicer y Blasco Bosquet, intervienen en La Torrecilla las arqueólogas Mª Concepción Blasco y Mª Rosario Lucas, que en diversas campañas anuales sacaron a la luz una espléndida villa romana.

Abandonada hasta 2016, la C.A.M. ha encargado nuevas prospecciones a la empresa Arquex, cuyos estudios con georradar han determinado que la villa romana puede ser tres veces mayor de lo hasta ahora descubierto. Es pues la C.A.M. la que tiene la última palabra para darla a conocer al público en general. Desde 1980 hasta 2019 han transcurrido casi 40 años. ¿Veremos abierta al público la Villa Romana de La Torrecilla algún día?

Jose María Real Pingarrón

27 de septiembre de 2019