Según palabras de Manuel de la Peña, quien durante muchos años fuese Cronista Oficial de Getafe, cualquiera que haya visitado la Iglesia de la Magdalena durante la Pascua de Pentecostés, coincidente con las Fiestas Patronales de Getafe, ha quedado sorprendido ante el gran Monumento que, en forma de gigantesco manto real, alberga en su interior la Imagen de Nuestra Señora de los Ángeles, rodeada de ángeles y nubes (VV. AA., 1993).

En 1730, de acuerdo con los datos existentes, la Imagen de Nuestra Señora de los Ángeles fue bajada a Getafe como consecuencia de una prolongada sequía, dedicándosele en la Iglesia de la Magdalena un novenario que, según cuentan las crónicas "produjo una lluvia torrencial y el mejoramiento de los campos". Pero no sólo los getafenses acudieron a su Virgen, también los pueblos de alrededor celebraron novenas en esta Iglesia de la Magdalena, implorando la lluvia. Y en agradecimiento al favor concedido por la abundancia de agua, se celebraron unas fiestas extraordinarias.

Pues bien, parece ser que fue con motivo de esta rogativa cuando, también en homenaje a la Virgen, se realizó un "altar de perspectiva" para adornar la iglesia. Los artistas "altareros", venidos expresamente de Madrid para realizarlo, cobraron por el singular encargo, y por las numerosas colgaduras con que llenaron el templo, la cantidad de 324 reales; en este precio se incluyó una gratificación a los vecinos que ayudaron en la instalación de los adornos (Marcial Donado y Manuel de la Peña, 1983).

El Monumento consta de varias partes que van conformando la escenografía completa. El conjunto cobija una gran corona real cerrada, que pende del techo en lo más alto de la bóveda central; de ella arranca un manto real de terciopelo rojo, cuyos bordes se recogen para abrirlo y se apoyan en las dos columnas frontales que soportan la cúpula del crucero, cubiertas estas, a su vez, de rojos paños de terciopelo, ribeteados de cinta dorada y con fastuosas borlas colgando en su frente superior. Cubre el fondo del manto un gran paño blanco moteado de negro, simulando armiño.

Monumento de la Virgen

Monumento-Gloria

En el centro de todo ello, una decoración de nubes y ángeles formando el círculo central de la "Gloria", en forma de sol, por donde aparecerá la imagen de la Virgen en su ascenso a los Cielos durante la ceremonia de la Salve; sobre ello, unos ángeles sujetan el Escudo Mariano coronado y orlado con la leyenda “Reina de los Ángeles”.

En la parte superior, cerrando el conjunto y suspendido en el arco frontal del presbiterio y de la bóveda del crucero, un gran telón semicircular abierto al centro, también de terciopelo rojo adornado con borlas y flecos dorados.

Monumento de la Virgen. Sistema Elevador de la Imagen

Sistema Elevador de la Virgen

Por detrás de toda esta decoración se encuentra el mecanismo elevador de la Sagrada Imagen. Consta de un "castillete" de madera, por cuyo interior se desliza una plataforma elevadora; un torno, inicialmente de madera y ahora sustituido por uno metálico, accionado por unas palancas movidas a mano, va subiendo la plataforma con la imagen de la Virgen hasta hacerla aparecer en el centro de la "Gloria".

Hasta la instalación de la iluminación eléctrica, tanto el altar mayor, como todas las cornisas de la iglesia, se cubrían materialmente con miles de velas, que daban un resplandor inusitado al Monumento. Afortunadamente, a pesar del peligro constante de incendio que suponía esta iluminación, no se conoce ninguno en toda su historia.

En diciembre de 1897, llega la luz eléctrica a nuestro municipio a través de la empresa “Crédito de la Villa de Getafe”. En la Fiestas Patronales del año siguiente, en 1898, se tuvo la oportunidad de poder contemplar, por primera vez, la Salve y la elevación de la Virgen de los Ángeles entre un verdadero derroche de luz; a las más de mil velas con que se iluminaba normalmente la iglesia, se unieron un arco voltaico de mil bujías, colgado de la cúpula, y dieciocho lámparas de dieciséis bujías cada una, distribuidas por el altar; una instalación eléctrica provisional que dio un esplendor inusitado a estos actos. Se calcula una asistencia de más de 5.000 personas a la Salve, atraídas por la novedad de la luz en Getafe (Marcial Donado y Manuel de la Peña, 1983).

Iluminación Eléctrica del Monumento

Iluminación Eléctrica del Monumento
Salve de 1913

Pero sería en la Fiestas Patronales de 1913, siendo Hermano Mayor Miguel Fernández Escribano, cuando se incorpora al Monumento por primera vez la luz eléctrica; de esta forma se le dota de una imponente iluminación propia, adicional a la ya existente del interior de la iglesia, que permite ver en su sol central, lleno de luz, la Imagen de Nuestra Señora de los Ángeles.
En el dorso de una reproducción fotográfica que se conserva de tal acontecimiento, el párroco de la Magdalena, doctor Don Eugenio Nedeo Moya, firmó sendas dedicatorias, a Doña Luisa Paniagua y Don Martín Deleito, "…en testimonio de afecto y como recuerdo de la inauguración de la luz eléctrica en la última noche de la novena de la Virgen de los Ángeles…".

Monumento de la Virgen

Monumento de Ntra. Sra. del Rosario

-Valdemoro-

En esos años no era exclusivo de Getafe colocar esta tipo de colgadura real para unas fiestas, era relativamente común hacerlo en las iglesias para las Fiestas Patronales o del Corpus, realzándose así la festividad. Un ejemplo, es el de nuestro vecino Valdemoro para las Fiestas Patronales en honor de Nuestra Señora del Rosario; costumbre que se perdió debido a la desaparición de la colgadura durante nuestra Guerra Civil (Carlos J. Vergara. Ángelus, 2005).

En 1917, el prestigioso pintor, dibujante, ilustrador y escultor Filiberto Montagud Díaz, afincado entonces en Getafe, decoró dos ángeles de gran porte pintados en tela sobre bastidor de madera. Se trata de dos ángeles custodios, arrodillados y con las manos en actitud de oración, que se colocaban a ambos lados del Monumento.

Monumento de la Virgen

Monumento con los Ángeles

de Montagud

Con las sucesivas adaptaciones que se fueron haciendo en el conjunto monumental, estos ángeles dejaron de instalarse; en la actualidad se pueden contemplar en la sede de la Congregación de Ntra. Sra. de los Ángeles custodiando, uno a cada lado, el gran crucifijo que preside su salón de actos.

También el paso de los años y las distintas reformas y restauraciones de la Iglesia de Santa María Magdalena, hoy convertida en catedral, han influido en las modificaciones que se han ido realizando tanto en el propio decorado escenográfico, como en los sistemas de elevación e izado.

En el año 1944, y debido al mal estado en que se encuentra, se le realiza una importante restauración reponiendo toda la madera, las pinturas y haciendo nueva la grandiosa corona. También se instaló en las columnas de la iglesia un sistema de poleas para el montaje desde el suelo de las telas, eliminando los riesgos que suponía subir a colocarlas hasta esas alturas, por medio de escaleras, esta importante reparación costó 9.264 pesetas a la Congregación (Mª Teresa Garrote, 2019).

En 1947, según explicaba el párroco, Don Rafael Pazos Pría, se cambió el sistema de elevación de la corona, el manto y el telón frontal, realizándose estas operaciones desde la cámara de las bóvedas.

En 1955, según consta en la correspondiente acta de Junta de Gobierno: "Se aprobó la adquisición de un gran cable de acero para sostener el Monumento, dado el notable deterioro de la cuerda de cáñamo que desde hace muchísimos años viene utilizándose. Se acordó hacer las palas de la corona de placa de contraplaqué por estar muy deterioradas las actuales…".

Entre los años 1975 y 1976 se procede al retelado y pintado de todos los elementos que componen el decorado frontal central.

Monumento de la Virgen

Monumento de la Virgen

-Actual-

En los primeros años del siglo XXI, coincidiendo con la última gran restauración de la catedral, se cambió todo el entramado de tornos elevadores de la cámara de las bóvedas, instalándose un nuevo conjunto de tornos y poleas metálicas, con cables de acero. El nuevo sistema sigue siendo actuado manualmente mediante manivela, pero introduce una serie de mecanismos de bloqueo y anclaje para incrementar la seguridad del mismo.

Ya más recientemente, en las fiestas del año 2018, el monumento lució unas nuevas telas ignífugas, para evitar posibles incendios.

Este grandioso Monumento, trazado sobre los elementos que en su época eran expresión de grandeza y poder entre la realeza, que durante varios siglos han visto los getafenses, han alabado muchos visitante y ha maravillado a los estudiosos de la cultura costumbrista, es el mismo que podemos contemplar actualmente; por supuesto, con algunos retoques y aditamentos incorporados con el transcurrir de los años.

Don Rafael Pazos, antiguo párroco de la Magdalena decía sobre él: "Suerte no pequeña es para Getafe que ni el tiempo ni los hombres hayan acabado con este interesante Monumento…".